Y por fín llegó el CARNAVAL, esta bendita fiesta cargada de sátira, ironía y buen humor, y con la Semana Santa pegada en los talones como queriendo empujarla al destierro, pero como buena hija que fué y lo sigue siendo y a pesar de que todavía hay gente que no se ha enterado que Don Carnal es un bendito invento de la mismísima Iglesia, el se resistirá a morir para gozo y placer de todos los carnavaleros.

Empezamos el día 26 de Enero con la misma ilusión que hace muchos años cuando esta fiesta empezó a echar raíces en Marbella, en el ambiente se olía a Carnaval. El Teatro Ciudad de Marbella se engalanaba para recibir a D. Carnal, así D. Salvador de la Peña con su maestría y su fácil palabra es recibido con la primera ovación de la noche.

Y empieza el primer acto oficial del Carnaval 2.008 con la entrega del premio al ganador del concurso de carteles que dicho sea de paso pocas veces recibe el beneplácito general como el de este año.

Y sin prisas pero sin pausa pasamos al pregón que este año venía precedido de circunstancias especiales (ya que el pregonero con el que se contaba prefirió darnos calabazas) y por si alguien no sabía quien era, este señor que tanto tiene que agradecerle a Marbella era “Chiquito de la Calzada”.

Pero no importa porque el pregonero con el que contamos, aparte de darle categoría a nuestro Carnaval (Carnaval de nuestra ciudad que le debe mucho) “Chiquito Pernía” como el se definió, fue él, uno de los grandes propulsores de nuestro Carnaval D. JOSÉ PERNÍA CALDERÓN (con mayusculas), y en consecuencia hizo un pregón a la altura de nuestra ciudad y de su persona.

Y seguimos la noche con la elección del Dios Momo y la Venus con sus Ninfas. A partir de ahí ya empezó la literatura hecha cachondeo con ritmo de tres por cuatro, con melodías encantadas y la guasa que nos caracteriza a los carnavaleros.